La gente se identifica con el propósito de una empresa, no con lo que ésta hace.
Las empresas que conocen su razón de ser (su porqué) y que son capaces de comunicarse desde su porqué, hacia el interior y al exterior de la compañía, logran transmitir emociones y no solo razones, logrando así empleados y clientes más comprometidos y leales.
La mayoría de las empresas son muy claras al explicar el qué hacen o qué venden, algunas más (generalmente apoyadas por las empresas de mercadotecnia de la vieja guardia) logran encontrar sus diferenciadores y propuestas de valor, siendo capaces de describir el cómo lo hacen o cómo son diferentes (mejores) que su competencia, pero sólo muy pocas son capaces de transmitir el porqué hacen lo que hacen, porqué se levantan cada día inspirados, porqué esto es importante para el mundo y porqué a sus clientes debería importarles.
Estas empresas, entre las que podemos identificar a Apple, Harley Davidson, Southwest Airlines, BMW, etc., son capaces de crear experiencias de vida para sus clientes, un estilo de vida que ellos comparten, disfrutan e incluso presumen (puedes llegar a ver algunos motociclistas que se tatúan el logo de Harley Davidson en el brazo para mostrar su aprecio, compromiso y lealtad a lo que, para ellos, representa la marca). ¿Alguno de tus clientes se tatuaría tu marca? ¿Qué tendría que pasar o qué tendrías que representar para ellos para que sí lo hicieran?
Si adicionalmente deseas que tu o tu empresa puedan ser identificados como el líder en un área, un proyecto, una industria o incluso en un país, debes comenzar por inspirar a tu equipo (tus seguidores) a tomar acción. Esto sólo se logra cuando la gente conoce tu porqué, se identifica con él y cree en tu proyecto, es algo que los grandes líderes saben lograr, gente como Steve Jobs, Martin Luther King o los hermanos Wright son ejemplos de grandes líderes cuyo deseo de cambiar el mundo ha cambiado nuestras vidas.
“Las personas que están suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo, son las que sí lo hacen”. Rob Siltanen.
Así que una gran empresa depende de un gran líder que sepa transmitir de manera clara y transparente el porqué de la misma. El círculo del porqué se basa en la identificación de esa motivación primaria que tiene una persona o una empresa, que le da su razón de ser, que guía sus decisiones y alinea sus esfuerzos, y que, al reconocerse, puede ser comunicada desde el centro del círculo (el porqué) hacia afuera, hablándole directamente al cerebro límbico (emocional) antes que al cortex (racional).
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