Si la empresa no adopta los estándares de las mejores prácticas de Adminsitración de Proyectos, se encuentra en el camino equivocado para convertirse en una empresa BIM, sólo estará cambiando la herramienta, pero sin atender al cambio de mentalidad y de metodología del personal, clientes, contratistas y proveedores.
Esto puede ayudar a cambiar a todo el personal por gente que esté familiarizada con los nuevos programas informáticos, e incluso le permitiría cambiar (actualizar) todos los equipos de cómputo con los que cuenta. Aunque deberá considerar que este nuevo equipo de trabajo puede no tener experiencia laboral o el nivel de profesionalismo que la empresa requiere (no siempre, ni en todos los casos).
Lamentablemente esta situación le obligará a la empresa a volver a invertir tiempo en capacitar, armar al equipo, y aún después de esto, no existirá la garantía de que podrá alcanzar los resultados esperados en el corto o mediano plazo.
Las empresas debieran considerar si están dispuestas a invertir el tiempo y dinero necesario para realizar este cambio por el tradicional método de “ensayo y error” o si prefieren seguir la guía de un grupo de expertos en consultoría y coaching, para manejar el rechazo al cambio y facilitar la transición del CAD al BIM.